El acto religioso se realizó este sábado 26 de abril de 2025 en la Plaza de San Pedro, con la presencia de más de 200 mil fieles católicos y presidentes,jefes de gobierno,delegaciones de decenas de países y líderes de otras religiones.
“Recorrió el camino del servicio hasta el último día de su vida”, dijo el cardenal Re quien, en su homilía, trazó un retrato profundo y entrañable del pontífice, resaltando su legado de humildad, cercanía y servicio.
“Su última imagen, que permanecerá en nuestros ojos y en nuestro corazón, es la del pasado domingo, solemnidad de Pascua, cuando el Papa Francisco, a pesar de los graves problemas de salud, quiso impartirnos la bendición desde el balcón de la Basílica […] en un último abrazo con todo el Pueblo de Dios”.
El Cardenal Re vcomparó al Papa Francisco con la del apóstol Pedro, el primer pontífice: “Será esta la tarea constante de Pedro y de sus sucesores, un servicio de amor a imagen de Cristo, Señor y Maestro, que ‘no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud’”.
“A pesar de su fragilidad y sufrimiento final, el Papa Francisco eligió recorrer este camino de entrega hasta el último día de su vida terrenal”. Como el buen pastor, “amó a sus ovejas hasta dar por ellas su propia vida”, remarcó, citando a su vez al apóstol Pablo: «La felicidad está más en dar que en recibir»,recordó Re.
El Cardenal Re repasó también los momentos decisivos de la vida del fallecido papa: la elección como pontífice el 13 de marzo de 2013, su paso por la Compañía de Jesús, y sus más de dos décadas de servicio pastoral en Buenos Aires. Destacó la elección de su nombre, Francisco, como una decisión “programática y de estilo”, inspirada en san Francisco de Asís y que marcaría el rumbo de su pontificado.
“Fue un Papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos”, dijo. Su modo pastoral, añadió, “estableció un contacto directo con las personas y con los pueblos, deseoso de estar cerca de todos, con especial atención hacia las personas en dificultad”.
“El Papa Francisco siempre puso en el centro el Evangelio de la misericordia, resaltando constantemente que Dios no se cansa de perdonarnos: Él perdona siempre”, dijo Re. Fue esa convicción la que motivó el Jubileo Extraordinario de la Misericordia en 2015-2016, en el que proclamó que la misericordia “es el corazón del Evangelio”,agregó.
“Innumerables son sus gestos y exhortaciones a favor de los refugiados y desplazados”, dijo el cardenal, evocando su primer viaje a Lampedusa, símbolo de los dramas migratorios, y su valiente visita a Irak en 2021, donde “esa difícil Visita Apostólica fue un bálsamo sobre las heridas abiertas de la población iraquí”.
Su mensaje, continuó, supo llegar “al corazón de las personas de forma directa e inmediata”, y su carisma fue capaz de “despertar las fuerzas morales y espirituales” de una humanidad necesitada de consuelo y guía.
Francisco denunció con firmeza la lógica de la guerra: “La guerra —decía— no es más que muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas”. "La guerra -enfatizó - siempre deja al mundo peor de como era en precedencia: es para todos una derrota dolorosa y trágica".
En ese espíritu, promovió la cultura del encuentro frente a “la cultura del descarte”, y proclamó con insistencia: “Construir puentes y no muros”.
“El primado de la evangelización fue la guía de su Pontificado”, recordó también Re, aludiendo a Evangelii gaudium, su primera exhortación apostólica, donde llamó a los fieles a anunciar el Evangelio con alegría y esperanza.
El Cardenal repitió una de las frases más características del Papa: “No se olviden de rezar por mí”. Y, añadió: “Querido Papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, bendigas al mundo entero.”
La Iglesia universal despidió al 266º sucesor de Pedro: un pastor sencillo, un servidor apasionado del Evangelio y un hombre que —como él mismo soñaba— supo vivir y morir “con olor a oveja”.