Por Javier Simancas Cevallos
“Desde hace años he soñado con la posibilidad de servir a los ecuatorianos para que el país progrese y todos podamos vivir mejor. Hoy ustedes han resuelto que eso sea así, que iniciemos una época de encuentro”.
Estas fueron las primeras declaraciones del nuevo presidente del Ecuador, Guillermo Lasso Mendoza. Su elección nada tiene que ver con su posición ideológica conservadora sino que, los ecuatorianos que votaron por él quieren que lidere un cambio de timón en la forma de gobernar y administrar el país.
El otro sector tampoco apoyó la tendencia ideológica de la llamada revolución ciudadana o socialismo del siglo XXI, sino que más bien expresaron su estado contenido de crispamiento social que sembró el que pregonaba este modelo cargado de violencia verbal, persecuciones, desgobierno y corrupción.
El nuevo gobernante recibe un país en quiebra debido a que el gobierno saliente durante estos últimos cuatro años no pudo o no quiso salir del laberinto de una economía seudo socialista que heredó. Tampoco avanzó en la reinstitucionalización del Estado que el pueblo ordenó tras la consulta popular en el año 2018. El gobierno y los asambleístas desobedecieron el mandato popular.
El nuevo gobernante se propone afianzar y concluir el proceso de reinstitucionalización pero sin contar con una mayoría parlamentaria que desde ya se agrupa para echar abajo toda iniciativa que busca destrabar leyes y normas constitucionales que han sido un obstáculo para la gobernanza y para el desarrollo social, político y económico del país.
La gratuidad y libre acceso a las universidades públicas requiere cambios en la ley de educación superior y es una necesidad para que alrededor de 1 millón de estudiantes accedan a una profesión, así como derogar la ley de comunicación pública que se convirtió en el instrumento de represión y encarcelamiento de la palabra crítica y para neutralizar los derechos a la información y acceso libre y soberano a la información.
Lasso ofrece una consulta popular para eliminar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social,considerado el muro de contención para amparar la impunidad y corrupción a través de los órganos constitucionales de control.
Ofrece Inmunizar masivamente a nueve millones de ecuatorianos para detener la pandemia del coronavirus. Este es su primer reto así como paralelamente mejorar el sistema nacional de salud pública.
Pero por encima de este reto, tiene la responsabilidad de evitar la quiebra del Estado, cuya caja fiscal está en cero; reactivar la economía mediante la reducción de las tasas de intereses y eliminación de impuestos; introducir una nueva política laboral que fomente el empleo y devuelva las fuentes de trabajo que se perdieron por lo quiebra de empresas y microempresas.
Para lograr estos propósitos requiere el apoyo de sus votantes y de todos los ecuatorianos. ¿ Podrá sumar y multiplicar? Si lo logra Ecuador habrá dado un trascendental paso para vivir en paz y libertad.